Imagínate un vino blanco que te transporta a un campo de flores primaverales con cada sorbo. Así es este vino blanco semidulce, una exquisita combinación de las variedades Verdejo y Sauvignon Blanc, que se entrelazan para crear una experiencia sensorial única.
Desde el momento en que sirves este vino en tu copa, te seduce con su color amarillo pálido y destellos verdosos, anunciando la frescura que está por venir. Su aroma es una explosión de fragancias tropicales y cítricas, donde se mezclan notas de piña, mango y lima con sutiles toques de hierbas frescas. Es un vino joven y vibrante, que invita a celebrar los momentos más simples y especiales de la vida. Ideal para disfrutar en una tarde soleada con amigos, en una cena romántica o simplemente para deleitarse en solitario mientras se contempla el atardecer.